El actor Miguel Dávalos está teniendo uno de los mejores de su carrera. Saltó a la fama gracias a su participación en la polémica película ‘Chabuca’ de Ernesto Pimentel, para luego ser parte del elenco de ‘Los otros Concha’ y ahora acaba de estrenar la obra ‘Detrás ruge el lago’, donde comparte escena con Tatiana Astengo y Leonardo Torres Vilar.
La República habló en exclusiva con Miguel Dávalos sobre su excelente año laboral, su amor por la actuación, sus próximos proyectos y la forma en que sobrellevó el escándalo desatado tras el estreno de ‘Chabuca’.
Miguel Dávalos estrena obra ‘Detrás ruge el lago’ junto a Tatiana Astengo
—Háblanos un poco de ‘Detrás ruge el lago’, esta versión libre de la obra de Anton Chéjov, ¿de qué trata?
—’Detrás ruge el lago’ es una versión libre de ‘La gaviota’, efectivamente de Antón Chejo, a fines del siglo XIX. Estamos haciendo una versión libre que ha tomado en consideración Mariana de Althaus, contextualizada en el Perú de los años 70′, después de la Reforma Agraria. Sin embargo, sigue muy presente la esencia de la obra, de lo que son los personajes, se han reducido a seis de los 12 más o menos que son originalmente.
Trata sobre la vida en la zona rural del Perú de esa época, sobre la historia de una madre y su hijo. La madre es una actriz reconocida que trabaja en Lima haciendo teatro y su hijo, de 25 años, aspira a ser director y dramaturgo. Sin embargo, se ve colapsado por un entorno que no está al mismo nivel de las formas y de las nuevas maneras que él quiere contar y hacer teatro. Entonces su madre representa toda esa forma y ese mundo artístico del cual él quiere desprenderse. Pero obviamente, al vivir en una zona rural, no hay público y no entienden del teatro, hay gente que nunca ha visto teatro.
—Esta obra plantea dos visiones muy diferentes de lo que es el Perú en sí. Se contraponen por las luchas sociales que defienden o ignoran.
—Sí, es inevitable hablar de sociedad cuando se hace teatro, evidentemente somos seres humanos, somos sociedad, naturaleza. Entonces, hay personajes que representan mucho más allá de lo evidente de simplemente ser una persona. Entonces, claro, todos estamos sobreviviendo de alguna manera en el mundo que es constantemente violento, que está en constantemente cambio y eso hace que la obra vaya desencadenándose en una vorágine, como si fuera una presión que empieza a colapsar. Y efectivamente, la situación política, la situación social, sobrepasan a los personajes de alguna manera.
—Es una obra que lidia en la que se muestra más de lo que se dice, trabaja bastante con los silencios, ¿se te hace más complicado que con otras obras con muchos más diálogos?
—No, creo que mientras haya muy buen tiempo de ensayos, se trabaja bien y para un actor siempre es un beneficio hacer teatro y adaptarse a la situación o a la manera de la obra, si se hace teatro clásico, si se hace teatro moderno, como es en el caso de Chejov. Entonces, efectivamente, hay muchos silencios en sus obras, muchos momentos en los que los personajes están callados, pero internamente, como actor, uno va trabajando monólogos internos. A diferencia del teatro clásico, en donde los personajes tienen soliloquios y hablan con el público directamente y no hay silencios y todo, siempre hay una rima y un verso porque es el pensamiento en flujo verbalizado.
—Y el elenco también tiene a actores bastante reconocidos, de hecho marca el regreso de Tatiana Astengo, después de 10 años, al teatro. ¿Cómo te sentiste al trabajar con ellos en todo este proceso de ensayo?
—Sí, un placer, en verdad, trabajar con Tatiana. Es una actriz totalmente entregada al trabajo, en escena. Y siento que, para uno como actor, eso es un regalo muy grande porque es una compañera muy generosa. Todo el rato está como proponiendo, escuchándote y también te deja escuchar a ti mismo.
Miguel Dávalos se pronuncia sobre la polémica tras el estreno de ‘Chabuca’
—¿Y dirías que el teatro es lo que más te gusta hacer? Porque este año hemos visto que has hecho diferentes proyectos, tanto en cine, televisión y teatro.
—Afortunadamente, me gusta actuar, me encanta mi oficio, entonces ya sea en teatro o en cine o en televisión, siempre soy feliz de estar actuando, de estar investigando sobre un personaje, sobre el comportamiento del personaje, sobre lo que lo lleva a tomar decisiones. Me apasiona mucho eso. Son totalmente diferentes, ¿no? Hacer cine y televisión, por más que trabaje para cámara, son registros distintos. En el teatro quizás el actor tiene mayor libertad de creación porque estás en escena y estás vivo todo el rato y todas las noches tienes que estar vivo frente al público, no hay momento de corte. Sin embargo, también hay que seguir remando porque todos los días no son iguales para uno.
—¿Tú pensarías que es más cómodo para ti hacer un proyecto como este, que tiene un público ganado, pero que no tiene esa carga mediática que tuviste cuando realizaste la película de ‘Chabuca’?
—Sí… es importante elegir los términos, ¿no? ¿Cómodo o no cómodo?
—Me refiero a un cierto nivel de incomodidad por verte envuelto en la polémica, porque el problema no era contigo, la controversia no era por algo que tú hubieses hecho.
—Ah, claro, ya entiendo por dónde quieres ir… La fortuna de haber hecho o de hacer cine es que primero ruedas la película y ya está. La historia está hecha y ya está tu trabajo y después queda la edición… Efectivamente, la responsabilidad recae sobre el que le está dando cuerpo, voz a ese personaje, pero siento que a mí me entretiene, porque de hecho de eso se trata hacer teatro, cine, televisión, de que genere algo en el espectador. Y a mí me puso muy contento que haya generado algo.
—Entonces, ¿no te hizo sentir incómodo?
—Para nada, para nada. Me causa mucho placer sentir que la gente la vive y que se ponen como a investigar: «oye, esto pasó, generó algo». Y lo mismo en el escenario, cuando la gente estamos aquí actuando y claro, al público no le puedes poner un tapón de boca, solo reaccionan. Entonces, eso también es rico, porque el público lo está pasando bien. Tú estás en escena metido, está funcionando y se genera algo: la comunión cuando uno actúa, que es la reacción del espectador hacia lo que está viendo.
Yo siempre siento que la interpretación es más del público que de nosotros, los actores. Yo no soy responsable de cómo tú vengas a ver una obra de teatro, de cómo vayas al cine a ver una película, o prendas la televisión para ver una novela. Porque a la vez también hay espectadores muy reacios y muy bloqueados a que sentir y no quieren recibir nada, pero es muy bonito cuando sientes que el espectador está entregado a ver la historia y a disfrutarla, porque de eso se trata, de disfrutar lo que ves.
Miguel Dávalos reflexiona sobre su carrera actoral
—¿Dirías que este es uno de los mejores años de tu carrera? Fuiste parte de bastantes proyectos…
—Espero que vengan mejores (risas) Yo vine a vivir a Lima hace 10 años, fui a estudiar a la Universidad Católica, empecé a estudiar teatro en el 2014 y 10 años después tengo la dicha de poder decir que estoy cumpliendo lo que me propuse: ser actor de teatro, cine y televisión. Entonces, he estado muy contento y hay un sentimiento de realización y de satisfacción, pero siempre siento que se pueden hacer mejor las cosas, siempre hay tornillos que se pueden ajustar. No me gusta dormirme en mis laureles.
‘Detrás ruge el lago’ se está presentando en el teatro La Plaza, de Larcomar, a las 8:00 p.m. de jueves a sábados y los domingos a las 7:00 p.m. Las entradas están disponibles en la boletería del recinto y en Joinnus.